Pedaleando por la Vida 2021 | DÍA 22
DIA 22: Tuve una jornada difícil, con mucho viento y, después de 130 kms. paré en Perito Moreno para cenar y descansar. Estos trayectos se caracterizan por el desierto, la monotonía del paisaje y los encuentros casuales con la gente que tanto me gustan!
Pedaleo por una ruta que conozco muy bien, la 40. Y constantemente recuerdo viajes que hice en el pasado, en solitario y también con grupos. Hoy, la madrugada parecía tranquila pero luego se levantó un temporal de viento.
En un desolado tramo, en el que sólo pasaban guanacos, apareció un muchacho con su camioneta y su casa rodante. Me preguntó si necesitaba algo, paró y me calentó agua para un café. Charlando, me enteré de que era Eduardo Crivelatti, de La Plata ¡así que me conocía!. Yo también conozco a su hermano, que es un gran ciclista. ¡Muchas gracias por tu generosidad Eduardo!
A la noche, mientras cenaba en Perito Moreno, se me acercó una familia de Buenos Aires. Era David Logrippo, mecánico de Canondale, que anda viajando con su pareja “tica”, de Costa Rica y su hija. Todavía me asombra como, en la inmensidad de nuestra Argentina, me encuentro con gente que conozco o me conoce. ¡Gracias por la charla David!
Hoy, domingo, salí temprano y después de 130 kilómetros en el desierto conseguí internet, en el caserío de Bajo Caracoles. Este pueblito queda cerca de la Cueva de las Manos. Mandé unos mensajes y seguí camino a Gobernador Gregores, pero mañana te sigo contando como terminé el día. ¡Muchas gracias por estar del otro lado!
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